Un rally para conocernos y conectar
La mañana inició con un divertido rally de integración, en el que los estudiantes
participaron en actividades que fomentaron el trabajo en equipo y la conexión entre
compañeros y docentes. Entre las dinámicas destacaron:
• Cápsula del tiempo CUAM: Cada alumno se escribió una carta que se guardará y
en 3 años, cuando estén por graduarse, podrán volver a leer y ver qué tanto de los
compromisos que ahí plasmaron en realidad cumplieron.
• Conexiones: Cada alumno escribió una palabra que, para ellos, define a CUAM.
Luego, buscaron a otros con palabras similares para formar una red de conceptos
que nos representan como comunidad.
• Red de estambre: Una actividad simbólica y poderosa. Al lanzar un estambre a
alguien más y presentarse, cada alumno se convirtió en parte de una red literal y
figurada que nos une como familia CUAM.
• Paso de aros: Con todos los participantes tomados de las manos, el reto fue pasar
aros de un extremo a otro sin soltarse, demostrando que la colaboración y la
coordinación son clave para superar cualquier obstáculo.
El talento CUAM brilló en el escenario
Después del rally, disfrutamos de una inspiradora presentación de talentos CUAM, donde
algunos de nuestros alumnos demostraron sus habilidades artísticas. Nos deleitamos con:
• La interpretación de Patricio y Sergio, quienes nos sorprendieron con su talento en
voz y guitarra.
• La emotiva presentación de Dominique en el piano, mostrando gran sensibilidad
musical.
• Un increíble solo de cheer por parte de Alina, que llenó de energía y espíritu el
escenario.
Un símbolo de pertenencia: los Cuamitos
Uno de los momentos más emotivos fue la entrega de los Cuamitos, nuestros adorables
peluches inspirados en la mascota institucional de CUAM. Estos simpáticos personajes
simbolizan la bienvenida oficial a la familia CUAM y son un recordatorio de que cada
alumno forma parte de algo especial.
Y para cerrar… ¡sushi para todos!
El evento concluyó con una deliciosa comida grupal, donde todos pudimos compartir una
rica selección de sushi. Fue el cierre perfecto para una mañana inolvidable, donde la vida
estudiantil CUAM cobró vida desde el primer día